Ven, amor,
hace tiempo que te espero,
como aguarda el alba
al sol de un nuevo día,
como el ocaso, la noche.
Ven.
Que en sus vuelos mi delirio
ha construido suave nido
techado de la mar sobre blanca nube
bañada de mágicas esencias,
para acunar nuestro idilio
y pueda florecer como el rosal
en primavera.
Ven...
Llega allí sobre el viento.
Mis brazos están abiertos
deseosos de rodear tu cuerpo.
Y mis ansias se agitan.
Loca estoy por besarte y amarte
bajo el cielo infinito.
Ven...
Dejemos que el amor
nos ciña con su canto;
que la pasión de su tonada
nos eleve y estallemos
como relámpago en trueno.
Seremos luego rayo luminoso
que cimbre de felicidad
nuestro paraíso.
Ven, amor...
Despiértame de este sueño a besos.
ISABEL
21/11/09.
sábado, 21 de noviembre de 2009
jueves, 19 de noviembre de 2009
Amanecer
una luz nueva iluminó mi vida;
me parece un milagro tu presencia,
que por lejana sentía perdida.
Hoy te puedo decir llena de orgullo,
que superaste en mucho mi esperanza,
que mi corazón es afín al tuyo,
pues afronta los retos con templanza.
Creo que desde ahora la distancia,
ya no será barrera en nuestras vidas.
Mientras yo viva, mi amor y constancia,
mantendrán a nuestras almas muy unidas.
Llegó a su fin la noche de la ausencia...
¡Contigo regresa el alba a mi vida!
ISABEL
08/11/09
domingo, 8 de noviembre de 2009
Nostalgia de Otoño
En mi ciudad, el silente otoño exhibe su magia. Transita regio con su vestimenta de tonos ocres y oro… Con cielo
despejado, y el aire que travieso mece los árboles y les desprende sus hojas
maduras.
Es seductor su encanto. Me invita
a caminar sin prisas sobre la alfombra de hojarasca que exhibe con desenfado.
Mis pasos por ella producen placentero crujido… Me deleito en escucharlo
y al mismo tiempo, inhalo el aroma que predomina en el ambiente. Es penetrante ese áspero olor de hojas secas… Me
atrae, se me mete hasta el alma y allí remueve, busca y encuentra los añorados
recuerdos.
Alejandro: Hoy mi mente revive la escena de aquella tardecita en que desde
un balcón del Palacio de las Artesanías, tú y yo contemplamos extasiados la
puesta de sol más bella de las que habíamos observado. Como cámara fotográfica,
nuestras pupilas retuvieron esa estampa irrepetible.
Nunca olvidaré aquel otoño sosegado que nos brindó el canto del viento para
que arrulláramos al amor que recién brotaba en nuestros corazones. Después, los entretiempos en su paso fueron
presurosos, pero pudieron constatar que
atrapamos la felicidad, que ella reinó en nuestro vivir, hasta que emigraste a la
lejana estrella que ahora iluminas. Hoy
le pido a la brisa que llegue a ti y te roce con mis caricias. Que te susurre
al oído lo mucho que te quiero y la falta que me hacen tu ternura, tus abrazos
profundos, tu mano amiga.
Amor, mi ángel protector: Tu
recuerdo y el perfume del otoño, me incitaron a escribir esto que es como el suspiro
de mi hondo sentir. Te besa a la distancia, tu Suimei.
08/11/09
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