Alégrate mi amor,
el tiempo es nada.
No existe su ley…
Es sólo delgada nube
que no puede opacar
la luz de tus ojos
ni mi fuego voraz
de enamorada.
Anda, ven
estréchame fuerte,
que mi esencia
reclama la tuya
y tiene sus razones
en apremiarte.
¿Quieres conocerlas?
Deja que te cuente:
Sólo me siento feliz
cuando sin resabios,
con placer me abrazas.
Y cuando bebo en la fuente
dulce e incomparable
de tus golosos labios.
Ven… ya anochece.
Dame el abrigo de tu cuerpo,
para que juntas nuestras almas
gocen su concierto
de suspiros y besos… sin recato.
ISABEL
21/06/2009.-
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