Sin embargo,
no se vislumbra tormenta.
Un ventarrón afanoso
suspira y amontona recuerdos
que atesoraba el tiempo.
La memoria los examina
y evoca sus calendarios
con una mueca de sonrisa.
Pero en mis ojos
llueve de forma silenciosa
hasta el agotamiento.
Cuánta humedad
envuelve a mi tristeza.
¡Cuánta!
ISABEL
28/11/18