una lluvia inoportuna
canturrea con deleite
la tonada de la luna.
Ese canto pegajoso
besa a media voz distante
al despido de la tarde
que se mira agonizante.
Aunque mis ojos se cierran
los abro con alegría.
No iré a dormir. Son las siete.
Y es noche de poesía.
ISABEL
08/11/18
No hay comentarios:
Publicar un comentario