un manto oscuro cubrió las nubes
presagiando tormenta.
Me apresuré a cerrar las ventanas
para evitar que entrara a mi choza
con la intensidad de su canto.
Mi atemorizaba perder el murmullo
que capto desde esta mañana;
La acariciadora risa de mi amado.
Risa que brotó en el mar de mis recuerdos
y que ahora llena mi estancia y mi todo
con la musicalidad de su contento.
Extasiada y desbordando ternura,
beso con fruición a mi amado...
En el eco de su risa.
Definitivamente:
Hoy no deseo oír llover.
ISABEL
10/07/18
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