domingo, 1 de noviembre de 2020

¡Qué cante la lluvia!

 La mañana llegó con lluvia menudita y fresca como el rocío por la madrugada. Su canto, apenas oíble, reanima de golpe a un conocido mío. Un bohemio poeta que gusta en dormitar plácidamente, en uno de los bancos de madera del parque que se encuentra a cuadra y media de mi casa.

Viéndolo desperezarse, con abierta sonrisa lo saludo y pregunto: ¿Qué esperas que pase hoy, soñador amigo?

 Y a media voz y divertido contesta con un deseo propio de él, que cree tener alma de agua: Que siga así… Que no deje de cantar la lluvia.

 ISABEL
01/11/20