viernes, 18 de mayo de 2018

En la última página


En la hoja pajiza de un viejo cuaderno y utilizando lápiz azul ilusión, quise dibujar mi distintivo de vida: Un poema que vibrara al evocar mis años mozos, junto a esa lágrima que constantemente fluye del nubarrón de mi memoria. Pero…

Pero brotó tan sólo una mueca oscura en forma de flor. Parecía aguardar el rayo de sol que la reviviera e hiciera nido entre sus pétalos.

Decepcionada, arranqué la página, la hice bola y la arrojé al vacío.

Fue como estrella fugaz de un deseo incumplido escrito con el pensamiento... y éste lo borró al instante.

ISABEL
18/05/18

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