Ven aquí, a mi lado, cerremos los ojos. De esa forma te será sencillo confiarme la razón de tu pesar y para mí, escucharte. Te ofrezco mi atención.
¿Sollozas? Hay remembranzas que hieren. Llora, es bueno llorar. Pero hazlo con sigilo y confía. Solicitaré en
seguida ayuda para ti.
Silencio: Compañero fiel, depositario
de mis secretos y vicisitudes. Custodio del cariño que asoma en mi mirada, Sabiendo que absorbes infortunios con infinita bondad, humildemente te pido consuelo para esta abatida
tristeza que entró a nuestro retiro en busca de aliento... AMÉN.
ISABEL
09/11/17
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