Dónde está el goce de ayer
compartido con suspiros,
nuestro cielo de zafiros,
la pasión por recorrer.
Y las promesas en flor…
¿Habrán de volverse ortigas?
Si eso quieres no lo digas.
Olvídalas, por favor.
Yo pretendo conservarlas
en el jardín de mis sueños
donde un sol libre de empeños
las bese sin marchitarlas.
Vivirán sin dar su fruto
aromando otros anhelos
con sus pétalos y velos,
con su latir diminuto...
Pero sin señal de luto
ni causa de desvelos.
ISABEL
10/08/17
2 comentarios:
Gracias,por por deleitarnos con tan bello poema.
Saludos. Te agradezco el comentario.
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