Siento el ayer tan distante...
No acaricia mi suspiro
la puerta de su retiro
que abría en forma constante.
Aquel ayer fulgurante
por el que tanto deliro
quizá desea un respiro,
o que yo mire adelante.
¡Qué más da! Yo lo condeno
a vivir en mi memoria
aunque lejano y ajeno.
Aunque pasó ya su euforia
a mis versos encadeno
su sombra y su luz. ¡Su historia!
ISABEL
19/07/17
1 comentario:
Es una delicia leer un poema así con tanta melodía.
Me fascina este soneto. Te felicito, amiga Isabel.
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