El meollo hacia el cambio es
ceder, abrirse al amor.
Ábrete, déjalo entrar,
y qué mueva nuestras vidas.
Latirás fortalecido
con sus ráfagas melosas,
y entre floridos rosales
yo brindaré por tu suerte
con un vino de reposo.
Tracemos nuevas historias,
enamoradas sonrisas...
Qué llueva sal y dulzura
para sazonar ensueños,
mil poemas… Y caricias.
ISABEL
15/09/16
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