jueves, 7 de abril de 2016

Y Benditas Sean

Vivo bendiciendo mis soledades.
Este aislamiento donde prevalece
la nostalgia que se estira y se mece,
al ritmo de mis excentricidades.

Y bendigo su silencio y sus voces,
los ecos que susurran a mi oído
del extenso anecdotario vivido,
lances de mis memorias, dulces roces.

Mal haría en lamentar desabrigo,
pues el corazón late con ardor
al sentirse rodeado de amor,
luz de mis soledades, sol y abrigo.

ISABEL
07/04/16

3 comentarios:

Orlando Francisco Menéndez dijo...

Qué diáfanos poemas escribes, Isabel. Me gusta leerte. Cariños.

Orlando Francisco Menéndez dijo...

Qué diáfanos poemas escribes, Isabel. Me gusta leerte. Cariños.

Isabel. dijo...

Orlando: Qué bien me haces sentir con tus comentarios... ¡Gracias por ser mi amigo!
Te envío un cariñoso abrazo.