Vivo bendiciendo mis soledades.
Este aislamiento donde prevalece
la nostalgia que se estira y se mece,
al ritmo de mis excentricidades.
Y bendigo su silencio y sus voces,
los ecos que susurran a mi oído
del extenso anecdotario vivido,
lances de mi memoria y sus goces.
Mal haría en lamentar desabrigo,
pues el corazón late con ardor
al sentirse rodeado de amor,
luz de mis soledades, sol y abrigo.
ISABEL
07/04/16
3 comentarios:
Qué diáfanos poemas escribes, Isabel. Me gusta leerte. Cariños.
Qué diáfanos poemas escribes, Isabel. Me gusta leerte. Cariños.
Orlando: Qué bien me haces sentir con tus comentarios... ¡Gracias por ser mi amigo!
Te envío un cariñoso abrazo.
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