martes, 31 de marzo de 2015

Incertidumbre.

Desde la Plaza de Armas, torre San Agustín.

Te amé
en los ayeres,
en el hoy
también.

Pero...
¿Y en los mañanas?

¡Ay, vida mía!
Mi congoja es no saber...

¿Tú puedes decirme
 si para entonces,
aún te amaré?

ISABEL.
31/03/15

viernes, 27 de marzo de 2015

Muros y Voces....

Una belleza del Bosque Cuauhtémoc.
Entre los muros de mi casa
hay versos, susurros, gemidos.
Y una canción cuya comparsa,
la forman recuerdos queridos.

Versos que acarician amores,
susurros de seda y pasión,
gemidos de pena y ardores...
Rima en todo, evocación.

No. Yo no vivo en soledades,
sino con el cantar divino
de añoranzas y libertades.
¡Bendito sea mi destino!

ISABEL.
27/03/15

viernes, 13 de marzo de 2015

Ilusión Inolvidable.

El Callejón del Romance.

El amor es como el ave que asedia con sus trinos. Llega cantándonos bonito al oído, aletea graciosamente para robarnos el corazón y se marcha impasible, sin mirar atrás.  Se va sin importarle lo que su ausencia pueda afectarnos. Pero entretanto, resulta maravilloso vivirlo, saborearlo y alucinar con sus gorjeos.

¡Ay... el amor! ¿Te platico cómo y cuándo lo descubrí?

Ocurrió hace muchas primaveras y quizá de forma casual.  Fue a través de una persiana y en la figura desgarbada de un muchacho que permanecía en posición de firmes, justo enfrente de mi ventana.

Asombrados, se encontraron nuestros ojos. Pronto mis labios le dedicaron una leve sonrisa de saludo y él la correspondió, con destellos de gozo en su mirada; calladamente, a distancia, sus suspiros me besaron las mejillas.  “Este chico —me dije,— embelesa mi alma, es él, el destinado para que sea, algo más que amigo”.

 Ahora que recuerdo, considero capítulo de novela rosaese precioso flirteo que agonizó a los cinco meses. Mi primera ilusión de chamaca… ilusión inolvidable.

ISABEL.
13/03/15

jueves, 12 de marzo de 2015

Contigo, ¡Siempre!

No he vuelto a mirar tu rostro…
Pero sé que estás conmigo
Fuente del Jardín de Villalongín.
abrazado a mis latidos,
bebiéndote mis palabras
y mis lágrimas desiertas.

Que son de mis soledades
los ecos de tus suspiros,
los de tu voz y tus pasos,
evitando que te añore
y perezca en la congoja.

Imagino que me abrazas
y me rozas sutilmente...
Que musitas a mi oído:
“Cierra los ojos y sueña,
porque así puedo besarte.”.

Pienso que te tengo cerca,
Pues respiro tu ternura
como el aire en mi retiro...
Y que soy afortunada
porque gozo del amor.

Siempre, a toda hora,  ¡Siempre!

ISABEL
12/03/15