Eros fluye en mi interior.
Un cosquilleo me envuelve
con descaro, sin pudor,
y sólo Dios lo disuelve.
Son íntimas suculencias,
memorables situaciones;
amorosas experiencias,
secretas satisfacciones.
Como aquel beso robado,
esos momentos contigo.
El del abrazo apretado
al amarnos sin testigo.
Son íntimas suculencias
los retozos al soñarte
lucero de mis querencias.
Y el placer al agradarte.
ISABEL.
22/05/14
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