Llegó el afamado julio
todo pulcritud y ufano,
con canto alegre de lluvia
y ropaje de verano.
Yo lo vi llegar ligero
sembrando en los corazones,
semillitas de esperanza,
rimero de bendiciones.
En verde vivo, su color,
repinta montes y valles.
Cómo resaltan las flores,
qué alegres se ven las calles.
Bello luce el horizonte.
Las hadas del cielo tejen
hamacas, tupidas nubes
donde ilusiones se mecen.
Y entre el vaivén delicioso
mi musa pide al Dios Eros,
impermeable de besos...
Porque julio es de aguaceros.
ISABEL
03/07/12
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