lunes, 16 de enero de 2012

Noche de Enero...

¡Ay, qué fría noche! Mirando el cielo intuyo que hoy está hecho hielo, pues tiemblan las estrellas y la luna decidió acurrucarse tras un lienzo grande de nubes.

Ha enmudecido la brisa. Aquí en mi habitación, también se agranda el silencio y mi pensamiento vaga en la quieta penumbra buscando un recuerdo, ese que regularmente lo acompaña en las largas horas de insomnio.

Mi cuerpo se estremece al darme vuelta en la cama. Abrazo con ímpetu la almohada, cierro los ojos y mientras logro atrapar el sueño, dirijo una pequeña plegaria a mi Dios:


Protégelo, Señor,
te lo suplico.
Que él, donde ahora esté,
viva tranquilo
sin tristezas ni inviernos.
Que nada altere
o le robe su sueño.
Que en paz descanse.
Amén.

ISABEL.
16/01/12.

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