viajan nuestras almas sin fronteras.
Y a través del éter y del viento,
rastreamos otras primaveras...
Y al ras de su boreal aurora
si el astro rey nos brinda estadía,
haría una mueca encantadora,
al ardor de nuestra fantasía.
No, no me sueltes, dame la mano,
que es de dos la magia del camino.
Ya probamos el placer humano...
¡Gocemos ahora lo divino!
ISABEL
2I/01/12
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