miércoles, 26 de enero de 2011

Tu beso

Supe que tu amor era mío,
cuando frente a mí besaste
una fresca y blanca rosa…
de mi ser, alegoría.

Al ver el fervor con que lo hacías
suspiré extasiada, cerré los ojos,
y me creí esa flor
que tu boca rozara.

Imaginé, que juntos nuestros labios
golosamente gustaban
del suave néctar que enamora.
Pude sentir el calor de tu abrazo
a mi emocionado corazón
apurar sus latidos
mientras mis ansias  crecían.

¿Qué insensato temor
ahogaría el fuego que me abrasaba
en aquellos momentos?
La verdad, no lo sé.

Pero desde entonces
yacen entre sonrojos, mis caricias,
evocando el instante de tu beso
sobre el cáliz de aquella rosa
que tendré presente
el resto de mi vida.

ISABEL
26/01/11