Iba detrás de tus pasos,
con su fuerza el olear
me arrebató de tus brazos.
Mi ansiedad pacifiqué.
Naufragaba un pensamento
que sin vacilar pesqué...
Lo eché a volar sobre el viento
y a tu recuerdo... pequé.
Esa falta deliciosa
ataranta mis sentidos.
Pero, vivo recelosa
pues no escucho tus latidos
para sentirme dichosa.
ISABEL
29/01/10.