jueves, 13 de agosto de 2009

Un adiós absurdo

Te dije adiós, amor, pero hoy me arrepiento
porque jamás se olvida lo que bien se ama.
No pueden borrar el tiempo y las palabras,
las huellas de una pasión que guarda el alma.

Sí, te dije adiós, mas deseo que sepas,
que sin ti escapan de aquí las primaveras;
y las golondrinas que tanto querías,
extrañándote, se tornaron viajeras.

Causa quebranto ver nuestra casa triste.
Sin tus pasos y tu habitual refunfuñar.
Con mi ir y venir por las habitaciones
donde sólo el eco irrumpe mi soñar.

Me asalta esta duda: ¿Por qué despedirnos?
¿Fue para probar el sabor de la ausencia,
o cuánto se añora la dicha perdida?
Aclarar la cuestión, provoca demencia.

Te dije adiós y ese ha sido mi tormento
que sólo podrá cesar con tu regreso.
Vuelve pronto por Dios, que te necesito.
Ven a abrazarme fuerte… mientras te beso

ISABEL
13/08/09

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