sábado, 24 de marzo de 2018

Cariñosa visita

Al llegar mi nieta a casa
renació la primavera
con los soles de sus ojos,
con su risa bullanguera.

Y entre mis brazos halló
la ocasión más oportuna
de acurrucarse y cantar,
su cancioncita de cuna.

Pero, en vez de dormir,
a sus notas se suscita
la inolvidable velada
que mi ánimo así recita:

—A Carolina abracé
y bebí su voz de brisa.
Se iluminó mi mirada
con su pícara sonrisa

y al oír embelesada,
su amoroso "abuelita Isa".

ISABEL
24/03/18

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