Ricos besos, agua viva,
dulces manjares que extraño,
funden mi boca en saliva
como hicieron en antaño.
Pues titilan en mi mente
sin causa o consentimiento,
despertando gratamente
sentires que son aliento.
Hoy les canta el corazón
con latir agradecido,
porque dan a su razón
cosquillas de lo vivido.
Y ese prurito es de fuego,
calor de un amor bisoño.
Linda ofrenda para el ego
al ocaso de su otoño.
¡Broten gotas de mi apego
que a sus picores retoño!
ISABEL
14/05/16
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