Ven y con tu luz rosada
fíltrate por la enramada
de mi oscuro pensamiento.
Acláralo con tu aliento
seductor y perfumado
con el beso codiciado.
Y ante el gozo de abrazarte,
permite el alma entregarte...
No me alejes de tu lado.
Déjame acercarme a ti
con el corazón abierto.
Escucharás su concierto
de ternura y frenesí...
Bébete su carmesí
Bébete su carmesí
y capta en su aroma añoso,
un reclamo bullicioso
porque se incluya a su esencia
y al resto de mi existencia,
y al resto de mi existencia,
tu sabor maravilloso.
ISABEL
14/05/15
2 comentarios:
He entrado todos los días esperando otra publicación tuya... ¡Qué agradable es encontrarme con tan bueno y bellamente ilustrado poema!
Cariños.
Cariños, amigo Orlando. Y muchas gracias por leer mis poemas.
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