mi corazón se inquieta desolado
pues lo altera el reflejo de tu sombra.
Qué ironía. Fuiste sueño anhelado,
luz en mis días y noches de espera,
y hoy te quiero borrar de mi pasado.
Sí, deseo que salgas de mi vera
pues me sonroja aceptar que te amaba,
que te ofrecí pasión y el alma entera.
A cambio, qué obtuve de ti si hurtaba
ratos fugaces de caricias frías
envueltas en lujuria que se apaga.
pero aún así me impactó tu traición.
Era tu juego, lloré y tú reías.
¡Ay, cómo me hiere la desilusión!
Mas intento olvidar esa condena,
escribiendo versos del corazón.
ISABEL
28/07/2009