Un ideal de lo más absurdo
resultó amarte a distancia.
Qué ingenua en mi ignorancia
creer que con diálogo mudo
podía satisfacer mi ansia.
Di rienda suelta a mi sueño
pensando como enamorada,
creí tu cuerpo mi almohada
y apretándola con empeño
besaba tela almidonada.
¿Pero cómo no entusiasmarme
si me ofrecías lo que anhelo?
El sol, las estrellas y el cielo…
besos intensos hasta saciarme
caricias que elevan mi celo.
Permanecías en mis deseos.
Dormida, soñaba con tenerte,
despierta, gozaba en pensarte;
tus frases audaces, tus correos,
mi delirio… Yo, creí amarte.
Pero la razón sí desconfía,
y mata amor sin fundamento,
pues la pasión es sentimiento
que manda tocar lo que ansía
con besos que nos roban aliento.
Total: Ya entendí que lo nuestro
fue fantasía… ¡Un lindo cuento!
ISABEL.
18/09/08.