Te disfruto mi querer anhelado
(despierta la insensata fantasía),
con mi café y este insomnio que ansía
el audaz bello placer del pecado.
Sí, percibo tu aliento a mi costado
en mis largas noches de poesía,
con una carga de emociones guía
para el verso inocente o descarado.
Y soy pasión en tu hoguera al momento.
Tú, mi deseo, mi abecé que inspira,
dibujas cielos en mi pensamiento.
Bajo tu influjo mi mente delira.
Y el placer canturrea su momento
con las notas que brotan de mi lira.
ISABEL
13/02/22
13/02/22